Por: Carla Codóceo

Revisor: Samuel Errázuriz

2020 MARZO

¿QUÉ ES EL CAMBIO CLIMÁTICO?

Para comprender el cambio climático, es fundamental tener nociones de lo que es el clima, concepto que se define tradicionalmente como el promedio a largo plazo (formalmente 30 años) de las variables meteorológicas (Garreaud, 2011). Si bien, el clima muta por factores naturales, el cambio climático como fenómeno hace referencia al cambio de este debido a las actividades humanas (Semarnat, 2009), pero especialmente debido al incremento de la concentración de gases de efecto invernadero (Cifuentes & Meza, 2008) como consecuencia directa de la quema de combustibles fósiles y otras actividades antropogénicas. El calentamiento global es la manifestación más evidente del cambio climático, y refiere al incremento promedio de las temperaturas terrestres y marinas. Existen claras evidencias de que este fenómeno puede ser atribuido a los efectos de los quehaceres de la humanidad (Semarnat, 2009).

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CHILE Y EL MUNDO

La evidencia más contundente del cambio climático es el incremento de la temperatura, la que ha aumentado de 0,74°C entre 1906 y 2005, así como también es más frecuente la existencia de temperaturas récord año a año. Existe un aumento en las precipitaciones en las zonas orientales de América del Norte y América del Sur, Europa septentrional, Asia septentrional y el este de Australia y también un incremento en la humedad de ciertas zonas. Otras de las consecuencias del cambio climático son el aumento del nivel del mar (1,2% por década), los deshielos, lo que se puede ver reflejado en el desprendimiento del 20% de hielos árticos, pérdidas de hielos en la Antártica, entre otros. En relación con esto, hay que tener en consideración que los impactos del cambio climático no son ni serán los mismos, ni tendrán la misma intensidad en todas las regiones del mundo, puesto que es probable que cada una de ellas sufra sus consecuencias de maneras diferentes (Semarnat, 2009). Se puede señalar que la emisión de CO2 ha incrementado a la par con el consumo de combustibles fósiles, aumentando en un 90% en el periodo entre 1971 y 2005. En 2005 se emitieron en el mundo 27 mil millones de toneladas de CO2, y a pesar de que todos los países son responsables de esto, algunos contribuyen más que otros. Los que más lo contribuyeron fueron Estados Unidos, China, Rusia, Japón e India, siendo en el 2005 los países que emitieron más del 54% del total mundial (Semarnat, 2009).

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) realizó un reporte sobre el estado del clima para el año 2018, y dentro de los datos relevantes de ese informe está que en el año 2018 la temperatura media global alcanzó 1°C sobre el nivel base de la era preindustrial (1850-1900).

También, el año 2019 fue uno de los cuatro años más calurosos promedio. En el mundo, el 4 2018 estuvo entre los años más calurosos de la década para África, Asia, Europa, Oceanía y Sudamérica, mientras que las temperaturas bajas promedios fueron América del Norte y Groenlandia, partes de Australia oriental, África oriental, entre otras (Vivanco, 2019).

Si en 1993 el informe de la OMM arrojó que los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera llegaban hasta las 357 partes por millón (ppm), en el 2017 se alcanzó 405,5 ppm, y en el escenario actual de permanente alza se espera que en los años 2018 y 2019 incremente. En comparación la época anterior a la industrial, por tipos de gases de efecto invernaderos, cada uno aumentó, el en un 146%, el en 257% y finalmente el en 122% (Vivanco, 2019).

Así también, los océanos presentaron áreas más cálidas en la mayoría de las aguas superficiales del Pacífico, con excepciones en las áreas que históricamente son más frías. En el Océano Índico occidental, el Atlántico tropical y costa este de Norte América se detectaron de manera inusual más zonas cálidas. Algunas aguas marinas fueron inusualmente frías, tales como las del sur de Groenlandia. A pesar de las variaciones de temperatura que son causadas por el fenómeno de El Niño y La Niña, el calor del mar se está elevando de manera sostenida (Vivanco, 2019).

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Respecto al nivel del mar, en el año 2018 el incremento promedio a nivel global fue de 3,7 milímetros, lo que fue más alto que el máximo registrado el año anterior. La causa principal de la aceleración de este proceso es el aumento de la pérdida de masa de las capas de hielo (Vivanco, 2019).

En Chile, estudios sobre el cambio climático indican que a finales de siglo podría haber un incremento en la temperatura 1°C a 3°C en los escenarios más probables, mientras que en el caso extremo, el incremento podría ser de entre 2°C a 4°C. Actualmente el país emite un 0,2% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, y a pesar de que es una incidencia marginal, en los últimos 20 años ha tenido un incremento significativo, además, se considera que este podría seguir aumentando (Ministerio de Medio Ambiente, 2010).

El cambio climático en el país afectará directamente a una de las zonas más productivas del sector agrícola, además se podría ver afectada la producción de energía hidroeléctrica, que además de ser contribuyente al cambio climático, también podría sufrir sus consecuencias, convirtiéndose su producción energética en una opción más cara y menos fiable (CONAMA en Cifuentes & Meza, 2008). Según un estudio de CONAMA, las precipitaciones en general se podrían ver disminuidas, y estos cambios del régimen de precipitaciones en las zonas central y centro sur podrían traer disminuciones de caudales y cantidades de nieve acumulada, lo que se vería agravado por una mayor temperatura. Fenómenos que son los elementos que podrían complicar el panorama agrícola. Además, en otros posibles problemas que podría traer el cambio climático al país, y considerando que Chile tiene una gran parte de su territorio expuesto al mar, podría sufrir daños en las regiones costeras, pero además de la pérdida de territorio, podrían existir problemas de intrusión marina y contaminación de recursos hídricos con agua de mar (Cifuentes & Meza, 2008).

PROBLEMAS, DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES

No existe consenso ni un diagnóstico compartido de cuales son los principales problemas medioambientales del país. El Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica realizó una revisión de fuentes externas, internas de carácter institucional y de carácter académico, y a partir de esto se puede señalar que los principales problemas ambientales actuales serían la escasez hídrica en la zona centro norte y la contaminación del agua por diversas fuentes, las amenazas que enfrenta la conservación de la biodiversidad, a nivel de especies como a nivel ecosistémico, así como el aumento de emisiones y la vulnerabilidad del país por los efectos del cambio climático (Bergamini, Irarrázabal, Monckeberg, & Pérez, 2017)

Por el lado institucional, en el periodo de 1990 hasta la fecha, en el país hubo avances en materias medioambientales, tales como la promulgación de leyes y normas que han podido dar una nueva institucionalidad sobre el tema. En 1994 se promulgó la Ley N° 19.300 Sobre Bases Generales del Medio Ambiente, la que fue reformada el año 2010, con una nueva Ley que es la N° 20.417 con la que se da paso a la creación del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), también la creación del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) y la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA). A pesar de los avances institucionales en materia medioambiental, algunas problemáticas se mantienen iguales o se han ido agudizando, así como también han ido surgiendo nuevas problemáticas, que imponen desafíos culturales, institucionales y regulatorios que son importantes tener presentes. Esto lleva a hacerse la pregunta de si son suficientes los cambios planteados, puesto que el Estado chileno invierte el 0,1% del PIB anual en protección ambiental, lo que es una cifra muy baja (CEPAL y Ministerio del Medio Ambiente, en Bergamini, Irarrázabal, Monckeberg, & Pérez, 2017)

El año 2017 el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) realizó el Tercer Reporte del Estado del Medio Ambiente. En este documento, se realizó una revisión sistemática del medio ambiente en Chile en diferentes dimensiones en las que este está siendo afectado, el contexto país, la situación de los pueblos originarios, calidad del aire, cambio climático, entre otros.

En un apartado, se explicitan todos los avances en el país en lo que se denominó “instrumentos para la gestión ambiental. Según el documento, estos instrumentos permiten abordar, entre otros temas, las externalidades y apoyar la incorporación del tema y la variable ambiental en políticas y normas generales.

Ante las recomendaciones realizadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), desde la reforma institucional del año 2010 se sumaron dos nuevos instrumentos para esta temática, uno de ellos la Evaluación Ambiental Estratégica y el otro el Acceso a la Información Ambiental. A través de estos se enfatiza la importancia de incorporar la variable medioambiental en políticas y planes de carácter normativo general, que impacten sobre el medioambiente o la sustentabilidad, y así también lo relevante que es que las personas cuenten con información medioambiental, para poder participar y tomar decisiones en estos temas.

También se tomaron medidas a nivel económico, tales como la reforma tributaria del 2014 en donde se fijaron dos impuestos, y que, a pesar de existir avances en esta materia, la evaluación de la OCDE recomendó introducir instrumentos económicos nuevos tales como cargos por residuos peligrosos, por emisiones al aire, contaminación al agua, entre otros. También existen instrumentos de carácter voluntario como los Acuerdos de Producción Limpia y las certificaciones ISO.

En materia educacional el Sistema Nacional de Certificación Medioambiental de Establecimientos Educacionales (SNCAE), que es un programa de carácter voluntario implementado por el Ministerio de Medio Ambiente, el Ministerio de Educación, la Corporación Nacional Forestal y la UNESCO, ha realizado una serie de certificaciones medioambientales a establecimientos en diferentes niveles, en el año 2016 existían 1249 establecimientos que poseían esta certificación, y el 20% de estos se encontraban en nivel de excelencia.

También se generó un Sistema de Certificación Ambiental Municipal (SCAM) que busca abordar de manera sistemática los principales conflictos o situaciones ambientales presentes en los territorios comunales. En el año 2016 el 45% de los 8 municipios a nivel nacional cuenta con esta certificación, lo que es un incremento de 11 puntos porcentuales en comparación al 2016. En este mismo año, 172 municipios participaron en el proceso SCAM.

Se generaron proyectos con fondos para Protección Ambiental, en donde el 43% de los recursos fue destinado a iniciativas orientadas al desarrollo sostenible, lo que permite promover el tema y hacer un aporte concreto al desafío en esta materia en el país. Además, se creó el Sistema de Evaluación Ambiental, el que se encarga del procedimiento que, en base a Estudios o Declaraciones de impacto ambiental, determina si un proyecto o actividad se ajusta a las normas vigentes. En el 2016 se aprobaron más de 15 mil proyectos.

A partir de noviembre del 2015 entró en vigencia el Reglamento de la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) que es un proceso formal y regulado en cuanto a procedimientos y plazos. 290 instrumentos han iniciado su proceso de EAE, y el 68% de estos corresponde a Planes Reguladores Comunales (PRC) mientras que el 10% son Planes Reguladores Intercomunales (PRI). Existen dos políticas que han pasado por este proceso: la Política Nacional de Energía 2050 y la Política Energética para la Región de Aysén.

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También se han implementado procesos de consulta ciudadana de manera voluntaria por la Subsecretaría del Medio Ambiente, en respuesta a la importancia de los procesos participativos para el fortalecimiento de la democracia. En materia de acceso a la información Ambiental, de acuerdo a la ley 19.300 es un derecho que se rige por la ley 20.285, sobre acceso a la información pública. Para esto, se continúa potenciando el Sistema Nacional de Información Ambiental (SINIA), para disponer de manera proactiva de la información.

Como se mencionó anteriormente, otra de las medidas medioambientales tomadas son los acuerdos voluntarios, tales como el Acuerdo de Producción Limpia, que tiene como objetivo aplicar la producción limpia a través de metas y acciones específicas en un plazo determinado. Este instrumento fue validado por las Naciones Unidas como una Acción de Mitigación Nacional Apropiada. Para el 2016, 9248 instalaciones productivas de distintos sectores forman parte de este tipo de acuerdos.

Finalmente, para el 2015 existían más de 1.200 empresas que contaban con certificaciones ISO 14001, la que promueve la incorporación del enfoque ambiental en el desarrollo de su actividad específica, mientras que también se han generado impuestos verdes, como por ejemplo el que propuso la reforma tributaria del 2014, con el impuesto a los automóviles, el que se ve reflejado en la venta de autos según su rendimiento urbano y sus emisiones de NOx.

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